Algunos somos así, no nos gusta que nos comparen; pero queremos ser
mejores que ellos. No nos gusta la falsa cortesía, pero si el buen trato.
No queremos depender de la gente, pero si estar con alguien. Entre una
contradicción y otra nos cuesta a veces darnos cuenta de lo que en verdad
buscamos, de lo que queremos llegar a ser. Se nubla nuestra meta
y desviamos el camino. Y es ahí cuando nos encontramos parados sin saber
hacia donde y es ahí donde la palabra independencia se mezcla con la
confusión. ¿Y ahora que?
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